Para mi acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.
Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.
Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto. Acompañar se trata de escuchar con el corazón... Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles. Acompañar es amar...
Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos... A veces lo más importante del viaje es una buena compañía... ¿Nos acompañamos?
De "La filosofía de acompañar" de Alan D. Wolfelt
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